Muchos fumadores de la península han empezado consumiendo derivados de cannabis, conocido como hachís, vista la posición geográfica de España, casi privilegiada ya que se acerca mucho a las costas de Marruecos, y desde allí entran bastante productos típicos del país africano.
Marruecos tiene siglos de historia de hashish (hachis) donde podremos hasta encontrar pueblos enteros que viven del cannabis y de sus productos, estas zonas del país, gozan de un limbo legal, donde se sabe que se cultiva aunque no esté permitido, de hecho, podremos encontrarnos varios policías en la ruta de vuelta hacia la ciudad.
Otro país que puede enseñar con orgullo sus productos cannabicos, es la India, goza de condiciones de clima que nadie más tiene en el mundo, con sus valles a la tímida altura de 2895m. sobre el nivel del mar, Malana se encuentra en una zona no muy cómoda, hay que pasar por uno de los sitios más elevados de la cordillera del himalaya, a 3660 metros de altura, para luego bajas 1000 metros quedándonos en la zona de Malana. La conformación de la tierra que aporta ciertos nutrientes, el aire limpia y pura, sin contaminación alguna, al igual que el agua que usan, proporcionan las condiciones perfectas para el cultivo del cannabis, sobre todo variedades que sean indicas, aunque muy conocidas son las variedades sativas del país, que tienen un sabor muy especiado, con un efecto muy activante y lúcido, sin dejar rastro de cansancio corporal, todo lo contrario de las indicas y sus productos tan conocidos a nivel mundial.
Otra zona muy conocida a nivel mundial está muy cerca de Malana, y está cerca del río Parbati, allí es donde podremos encontrar el charas de las sativas más activas y especiadas de la zona, llegando al final del río, pasando por Bhuntar, podremos volver a subir hasta Manali, a 1898 metros de altura, con un nombre muy parecido a la primera zona, se pasan unos cuantos km entre ellos, pero siguen teniendo uno de los mejores hashis del mundo. Solo en la zona podremos encontrarnos con casi 50 templos, en Manikaran, ciudad de la zona.
En todo el país, casi grande como un continente, podremos encontrar varias zonas donde podremos encontrar plantas de cannabis de manera natural, tal vez a lado de alguna carretera, o yendo por algún bosque podremos encontrarlas, ahora, no hagáis los graciosos usando esta planta en público, porque a menos que estéis en Goa, prepararos a “comprar” vuestra libertad dependiendo lo que os pide el policía de turno, el turista allí está bien visto mientras gasta dinero, si no, se le encuentra la manera de aliviar el peso de sus carteras.
Hay dos zonas en especial para encontrar el charas, antes de desvelar esta informacion, hay que explicar que el charas es un derivado del cannabis, se suelen usar niños o mujeres para la recolecta, el motivo está en el tamaño de sus dedos, al ser más pequeños, generalmente, que las manos de un hombre, pueden recoger más resina que se encuentra hasta en las flores más pequeños o prietos tantos que no entra ni la luz, pues esos dedos tan pequeños se llenan de resina de la planta, aún viva, y en un segundo momento se retira esta resina de las manos de la gente, usando un cuchillo caliente o frotando las manos entre si, haciendo pequeños churritos de resina de cannabis.
El color suele ser negro, oscuro, a veces con tonalidades rojizas, su consistencia suele ser bastante compacta, a la hora de usarlo no se deshace al igual que un hachís marroquí, sino que se abre totalmente sin necesidad de calor, casi vuelve a ser polvo, sobretodo si ya lleva hecho un par de años, en caso esté fresco, recién hecho, que lleve pocos meses, su consistencia seguirá siendo compacta pero sí más maleable, suave, como si fuera más plastilina, difícilmente llegan en Europa los frescos, más fácil será encontrar los secos.
En Amsterdam es muy conocido el Malana Cream, producto de la zona que se hizo famoso con los chicos del Strain Hunter, hasta el momento era un producto que conocían sólo los veteranos del cannabis y de sus productos. Esta comunidad se creó con la llegada de Alejandro el Grande, desde Grecia llegó a la zona durante su campaña de conquista de la India, en el 326 A. C. una de las marcas de su paso es el sistema judicial que tienen en la India, muy parecido al griego clásico.
Toda esta zona del país goza y vive gracias a esta planta, poco más crece en la zona menos de cannabis, el resto son árboles sin uso alimenticio, así que, solo en 2016, invirtieron 240 hectáreas para cultivar cannabis y poder así preparar un total de 12000 kg de charas, algo que por lo visto se estuvo haciendo hasta antes de la creación del estado India, así que muchos policías de la zona, entienden que esta planta hace parte no solo del país, sino de la cultura y de las tradiciones de la zona, legalmente solo quien hace parte a una determinada rama del hinduismo, puede usar el charas sin problemas legales, en caso contrario, ¡1kg de charas se puede convertir en 10 años de cárcel en la India! ¡Cuidado!