miércoles, 5 de julio de 2017

Tipos de genéticas cannabicas

Las plantas de marihuana habitan nuestro planeta desde hace miles de años, como cualquier otro ser vivo, han sabido adaptarse a los climas de su zona autóctona, mostrando una evolución totalmente diferente a la mostrada en otros rincones del planeta. Esto ha causado que según el rincón del mundo, podamos encontrar genéticas totalmente diferentes, que muestran sabores, efectos y demás características totalmente diferentes.

Según la evolución de la planta la introduciremos en uno de los siguientes subgrupos:

Índicas:


Estas plantas reciben su nombre debido a que gran parte proceden de la India, aunque podemos encontrar índicas de gran pureza y potencial repartidas por todo Asia Central, Asia Occidental o el norte de África, entre otros. Se suelen reconocer por su estructura compacta, ya que suelen contar con un tronco central gordo y duro, además de una distancia entre nudos muy baja. Sus cogollos destacan por contar con una gran densidad, lo que generalmente le aporta una debilidad a los hongos, por lo que se recomiendan exclusivamente para climas cálidos o medios. Generalmente se asocian con un efecto relajante, aunque estudios más recientes demuestran que tiene más que ver el ratio de cannabinoides.

Sativas:


Estas variedades suelen destacar por mostrar unos niveles de THC muy elevados, lo que les aporta un efecto psicoactivo, creativo o estimulante. Cuentan con una floración más larga, lo que le da más tiempo a madurar a la planta, lo que les aporta una gama más amplia de matices a su sabor. Estas variedades suelen desarrollarse en zonas con una humedad muy alta, como en bosques tropicales y subtropicales, por lo que sus cogollos son más espigados y abiertos. Además suelen crecer en zonas donde la luz no les llega directamente, ya que crecen entre frondosos árboles, motivo por el que una de sus características es un crecimiento constante y espigado.

Las genéticas mostradas a continuación son las desarrolladas por el ser humano, a base de realizar cruces en busca de la genética perfecta:

Híbridos:


Son las plantas más cultivadas en la actualidad, ya que han sido desarrolladas a través de cruces entre índicas y sativas, seleccionando los fenotipos que mejores características mostraban. Podemos encontrar sativas de floración rápida, índicas especiales para zonas frías y húmedas, o incluso genéticas que no cuentan con efecto psicoactivo pero sí con altas propiedades medicinales. Gracias a estas genéticas las posibilidades para el cultivador son infinitas,


Autoflorecientes:


Estas variedades están causando una auténtica revolución en los cultivadores de todo el mundo, ya que cuentan con un ciclo de vida especialmente corto y comienzan a florecer independientemente del periodo lumínico. Proceden de la variedad Ruderalis, una característica genética autóctona de las montañas de Siberia, que durante generaciones se ha adaptado al duro clima de su área, consiguiendo llegar a florecer aunque las horas de luz sean mínimas o las temperaturas demasiado extremas. Esta genética se ha cruzado con las semillas clásicas, para hacer nacer lo que hoy en día conocemos como autoflorecientes. En un principio las autoflorecientes ofrecían escasas producciones con un efecto mínimo, ya que la estructura era muy compacta y los niveles de THC de la Ruderalis son del 0%, características que sus descendientes heredaban. A día de hoy encontramos autoflorecientes con mucho trabajo a sus espaldas, e incluso bancos que trabajan exclusivamente autos, que ofrecen variedades con unos niveles de THC muy elevados y cosechas que sorprenden a sus cultivadores.

No hay comentarios:

Publicar un comentario