viernes, 27 de abril de 2018

Producir tus esquejes de cannabis de principio a fin


En este artículo os vamos a decir cómo hacer tus propios esquejes de marihuana. Aprenderás a hacerlos y mantenerlos hasta que enraícen y estén perfectos para darles algo de crecimiento o pasarlos directamente a florecer.
Lo primero que deber saber es que los esquejes los puedes hacer de cualquier planta de marihuana. Los clones son réplicas exactas de la planta de donde los extraigamos, por lo tanto lo normal es que sea de una cepa seleccionada por alguna rasgo en concreto (sabor, producción, efecto, floración corta, etc.)
Su producción:
Teniendo ya tus plantas madre para extraer partes de ella, nos dispondremos a comenzar. Necesitarás una navaja muy afilada o un escalpelo (la tijeras sellarán el tallo al cortar las ramas y puede dificultar que salgan las raíces.) Otra cosa que debes dejar ya preparada son las mini macetas o vasitos de plástico (de unos 250ml) llenos con nuestra tierra (puedes usar también jiffy´s o lana de roca). Cuando ya tengamos todo listo procederemos a cortar nuestros futuros esquejes, siempre cortando el tallo en diagonal consiguiendo mayor parte para tirar las raíces. Para maximizar los resultados recomendamos que tengan al menos unos 3nudos (1 palmo más o menos), de los cuales, por lo menos un nudo lo enterraremos. Lo de enterrar por lo menos un nudo es debido a que en esa parte y en el extremo por donde lo cortamos, es de donde saldrán la mayoría de raíces que tendrá nuestro clon. Si vamos a hacer muchos esquejes podemos cortar las ramas y dejarlas en vasos de agua hasta que tengamos todos y procedamos a ponerlos en la tierra. A la hora de ponerlos regaremos primero el sustrato, tenemos que introducir la parte del tallo y apretar bastante la tierra. Cuando compactemos bien el sustrato nuestro esqueje quedará bien sujeto, y eso es importante ya que aún no tiene raíces que aguanten la planta al sustrato. Hay gente que para aumentar las probabilidades de que enraícen utiliza alguna clase de hormona enraizante. Una vez tengamos todos nuestros esquejes ya puestos en los contenedores y los tendremos casi preparados para su enraizado. Otra cosa a destacar es que si tus esquejes tienen las hojas muy grandes, puedes cortar algunas puntas de las hojas y de esta manera no demandarán tanta agua y tendremos menos probabilidad de que mueran por deshidratación.

Mantenimiento hasta que aparecen las raíces:
Ahora llega el momento decisivo en el que veremos si nuestros esquejes sobreviven. Se tiene que mantener unos parámetros especiales que si no cumplimos será complicado acabar con éxito el proceso. Se les tiene que dar un fotoperiodo de 18h de luz al día, para que se mantengan en crecimiento. A pesar de darles un fotoperiodo vegetativo no tendrá que ser una luz muy potente, si no queremos que se deshidraten o se quemen. Si lo hacemos en exterior tendrán que estar a la sombra prácticamente, y si los enraizamos en interior nos irá muy bien tanto una luminaria fluorescente o una de bajo consumo (ya que tiene un espectro perfecto para esta fase de las plantas, gastan poca energía y no producen apenas calor). También te funcionará muy bien un propagador, son una especie de invernadero pequeño ideado para enraizar nuestros esquejes o nuestras semillas. Utilizando el propagador  mantendremos una temperatura constante (18ºC) y una humedad alta(80%), algo muy importante a la hora de que nuestros esquejes puedan enraizar perfectamente. Si vemos que el sustrato comienza a secarse, solamente habrá que pulverizar cada vez un poco nuestros clones y sobre todo las paredes interiores del propagador. Trascurridas 2-3 semanas desde que comenzamos el proceso, veremos como empiezan a salir raíces por los agujeros de nuestros contenedores. Ahora es el momento de ir aclimatándolos a una mayor intensidad de luz y una humedad más baja. Iremos abriendo los respiraderos del propagador progresivamente, para que se vayan adaptando, a la vez que empezaremos a regarlos con muy poca agua. Cuando ya llevemos unos 7 días nuestros clones ya estarán perfectamente enraizados y aclimatados. Los sacaremos del propagador y nos dispondremos a plantarlos en macetas de mayor volumen. Plantados ya en el nuevo contenedor nos dispondremos a darles un mayor periodo de crecimiento o pasarlos directamente a florecer. Provienen de una planta madre que ya es adulta, por lo tanto nuestros esquejes también lo serán. Es una ventaja respecto a las plantas de semilla, pues con ellas nos tocará esperar a que sean adultas (25-35 días desde el germinado) para que muestren su sexo y puedan ser florecidas.
  
Materiales para hacer tus esquejes:
·         Escalpelo/ navaja afilada.
·         Propagador de esquejes.
·         Macetas pequeñas con tierra/ jiffy´s/ lana de roca.
·         Termo-higrómetro.
·         Vaso con agua.
·         Hormona enraizante.

domingo, 22 de abril de 2018

Como hacerte tú aceite de oliva cannábico


Los cannabinoides de la marihuana se pueden consumir de muchas formas. Hoy os vamos a enseñar a cómo convertir tu aceite de oliva convencional en uno con poder psicoactivo. Os vamos a mostrar dos formas de hacerlo, la rápida y la lenta.


Método rápido:
Primero de todo cogeremos un bote de cristal y lo llenaremos con 100ml de aceite de oliva. Una vez tengamos el bote con nuestro aceite será el momento de meter nuestra marihuana, 1 gr de flores de calidad será suficiente. Podemos meter la hierba en trozos pequeños, de este modo conseguiremos una mayor penetración del aceite en ella. Cuando ya tengamos nuestro bote con el aceite y la hierba, será el momento de ponerlo al baño maría. Dejaremos nuestro bote al baño maría a fuego lento y tapado, durante media hora más o menos, y nunca dejando que el agua empiece a hervir (si hierve y se alcanza una temperatura alta degradaremos nuestra resina perdiendo potencia y sabor). Pasados los 30 minutos ya se habrá disuelto la resina de nuestros cogollos en el aceite de oliva. Sólo nos quedará esperar a que se enfríe nuestro aceite de oliva psicoactivo y filtrarlo bien para eliminar los restos de materia vegetal. Hecho todo esto ya tendremos preparado nuestro aceite para utilizarlo donde nos apetezca.
Método lento:
Este método es más largo, pero por otro lado no generamos nada de calor, así que no se habrá podido perder ningún cannabinoide de nuestra resina. Repetiremos la parte de poner un bote con 100ml de aceite de oliva con 1g de nuestra marihuana. En este caso no calentaremos el bote al baño maría, sino que lo dejaremos macerar durante un mes en un lugar oscuro. El aceite irá absorbiendo más lentamente los tricomas de resina, pero finalmente lo hará por completo. Abriremos nuestro bote y colaremos todos los restos de hierba, igual que en otro modo de preparación. Una vez tengamos nuestro aceite ya filtrado lo tendremos listo para su uso.
RECOMENDACIONES
Tanto un método como el otro son efectivos. La cantidad de 100ml/1g es una dosis intermedia, por lo tanto sabiendo esto puedes hacerlo más suave o más potente. Ten en cuenta que fumando absorbemos sobre el 15-20% de los cannabinoides, y administrado vía oral casi el 100%. No te pienses cuando lo estés probando que no produce ningún efecto, ya que tendrás que esperar a hacer la digestión. Podrás usarlo para aliñar tus ensaladas, para tus tostadas… Lo podemos poner en cualquier comestible que se le pueda poner aceite, y queramos darle un toque más cannábico.
Materiales y modo de conservación:
·         Bote de cristal
·         Aceite de oliva(a poder ser virgen extra) – 100ml
·         Filtro/colador fino
·         Cogollos de marihuana – 1g
·         Fogón/vitrocerámica
·         Cazuela
·         Agua
·         Conservar en un lugar oscuro y no guardarlo más de 3 meses(no se pondría malo, pero puede perder psicoactividad)

martes, 17 de abril de 2018

Preparación del sustrato ideal para cultivar cannabis

El sustrato es una parte muy importante a la hora de cultivar. Siempre tenemos que brindar un suelo de calidad para que nuestras plantas se desarrollen correctamente. En este artículo os vamos a mostrar que sustrato preparar y para qué momento.
Primero de todo habrá que proporcionar a tus cepas un suelo sin apenas nutrientes y muy esponjoso. Las plantas al comienzo de su vida no comerán casi alimentos del suelo y prácticamente lo que necesitarán es que sus raíces puedan crecer sin problemas. Podemos utilizar un saco de tierra ya preparado durante el primer mes de vida más o menos. Deberemos utilizar vaso de plástico o una maceta pequeña (también podemos usar un taco de turba prensada), poniendo la tierra pero sin apenas compactarla. Poniendo la tierra de esta manera y no encharcando la tierra, conseguiremos que las pequeñas raíces puedan tirar al máximo.
Pasado este mes llegará el momento de preparar otro recipiente de mayor tamaño, para la fase de crecimiento. En esta fase debemos preparar un sustrato ligeramente más compacto, lo bueno es utilizar un saco de tierra ya envasada (de esta manera nos aseguramos que está libre de hongos o con un ph correcto). Utilizando nuestro saco de tierra podemos añadirle en función de nuestras necesidades. Si estamos en un lugar que queremos mayor humedad en el sustrato podemos aplicarle un poco de vermiculita para conseguir una mayor retención de ella. Por otro lado si queremos una mayo aireación y podemos mezclar nuestro sustrato con poco de perlita. Dependiendo de nuestras necesidades también podremos utilizar la tierra o el coco, en incluso hacer nuestras propias mezclas. Una cosa muy importante en la fase de crecimiento es la cantidad de nitrógeno, podremos utilizar humus de lombriz (100% excremento de lombriz-fertilizante). Deberemos mezclar un poco del humus con nuestro sustrato a utilizar, alimentaremos nuestras plantas mientras que mejoramos la calidad del sustrato, sin pasarnos con la cantidad pues puede compactar demasiado el sustrato. Por ultimo podemos utilizar un poco de arlita en el fondo de nuestras macetas, de esta manera conseguiremos que drene bien el agua. Al conseguir un buen drenaje nos evitaremos que haya demasiada humedad en el fondo, y puedan llegar a pudrirse las raíces.
Cuando ya tengamos nuestras plantas listas para empezar la floración, será el momento de hacer nuestro último trasplante. Deberemos de preparar un mayor volumen de sustrato, en esta fase deberemos de compactar un poco más la tierra y podremos hacer las mismas combinaciones que la fase vegetativa. En esta etapa de la planta en vez de humus de lombriz podremos mezclar un poco de guano (murciélago es el más utilizado-fertilizante),  ya que contiene nutrientes muy importantes para ese momento de las plantas. Algo que sí que tenemos que repetir es, lo de poner bolas de arcilla expandida (arlita) en el fondo de nuestro contenedor. Nuestras cepas en esta fase beberán bastante agua, pero a pocas semanas de acabar el cultivo la planta beberá menos, por lo que es muy conveniente que drene bien el agua por abajo y no encharquemos la zona radicular.

Dicho todo esto podremos cultivar nuestros ejemplares sirviendo el sustrato que necesiten en cada momento de su ciclo vital.

viernes, 13 de abril de 2018

El secado y el curado de tu marihuana


En este artículo os vamos enseñar cómo proceder a secar y curar las flores que has obtenido en tu cosecha. Es un proceso muy importante, ya que si no lo hacemos correctamente podemos perder calidad (olor, sabor y potencia) o en el peor de los casos perder la cosecha por completo. Sería una lástima que perdiéramos la cosecha en este proceso, después de que ya hayamos hecho todo el cultivo con normalidad.
Primero hablaremos del secado, que debe durar sobre 2-3 semanas. Siempre tenemos que tener en cuenta varios aspectos, como el clima que hace donde vayamos a proceder al secado, la época del año y lo grandes que sean las flores. El cuarto de secado debe ser oscuro, con una humedad baja y sin corrientes de aire y temperatura constante (entre 18-20ºC). Podemos jugar con nuestras plantas dependiendo del clima de nuestro secadero. Si tenemos una humedad relativamente alta, podemos cortar todas las plantas eliminando el mayor número de ramas y hojas. Si tenemos en cambio un clima más caluroso tendremos que ralentizar el proceso, podemos dejarlas en ramas grandes con todas sus hojas, e incluso colgar las plantas enteras de una cuerda. Una vez vayas secando varias cosechas y viendo tu clima, irás pillando el truco para el correcto secado. Otro dato a tener en cuenta es la cantidad de agua que contendrá la planta cuando la vayamos a cortar. Lo más conveniente será cosechar nuestra planta cuando el sustrato esté seco, de este modo nos aseguramos que la planta tendrá la menos cantidad de agua posible. Aparte de cortar la planta con poco contenido de agua, también deberemos cosecharla lo menos verde posible, al no contener tanta clorofila ganaremos en sabor y adelantaremos el proceso de curado. Cuando tengamos flores de gran tamaño y más compactas habrá que extremar la precaución ante los hongos, ya que son las más propensas en este proceso (tendremos que dejar los cogollos sin ninguna hoja ni rama y lo más separados que podamos). Pasados los 14-21 días veremos como nuestras flores comienzan a estar crujientes por fuera pero con humedad por dentro, entonces habrá llegado el momento de meter nuestra hierba en botes y comenzar el curado (más o menos coincide cuando las ramitas se doblan fácilmente pero sin llegar a romperse). Un dato importante del secado es, que si lo hacemos en mallas preparadas para ello deberemos de mover las flores cada 1 día o 2, y así evitaremos que acaben con forma aplanada. No seques tu marihuana en cajas de cartón ni en ningún recipiente, pues necesitan ventilación.

Ahora os vamos a hablar del proceso de curado, que no deja de ser un secado pero de forma más lenta. Una vez tengamos los botes con nuestra hierba dentro y a oscuras, habrá que esperar un par de días a que toda la humedad salga de dentro y se reparta por todos los cogollos. Pasados los dos días abriremos nuestro botes y comprobaremos el estado de nuestras flores, si está demasiado húmedas podemos sacarlas y dejarlas fuera 1 día o 2. En el caso de que la humedad sea la correcta (textura esponjosa), dejaremos los botes abiertos durante unos 10-15min más o menos. Repetiremos esto cada día durante una semana, de esta manera conseguiremos que lentamente vaya perdiendo algo más de humedad y pudriéndose la clorofila. Trascurrida la primera semana de curado nuestra cosecha ya habrá perdido algo más de humedad y de clorofila. De ahora en adelante tendrás que abrir los botes 1 vez a semana durante unos 30 minutos, repitiéndolo durante 2-3 semanas. Acabado este último paso ya tendremos nuestros cogollos con la humedad correcta y libre de clorofila. Estarán listos para degustar, perfectamente secos y con el máximo sabor-potencia.
Se recomienda conservar nuestra marihuana un máximo de dos meses. Esto mencionado es debido a que nuestras flores irán ganando potencia y sabor desde que las cosechamos hasta unos 40 días. Una vez hayan alcanzado este tiempo, nuestra hierva ira perdiendo poco a poco psicoactividad y cogiendo un sabor más parecido al hachís. Sabiendo esto ya no guardarás más tu hierba ni para que sea añeja ni cosas parecidas, y te fumarás tus flores con su máximo esplendor.