jueves, 25 de abril de 2019

Cómo hacer brownies de marihuana


Esta receta es un clásico, y es realmente sencilla de llevar a cabo. Los brownies son un tipo de bizcocho estadounidense que suelen encantar a todo el mundo, y más cuando son brownies de marihuana.

Antes de empezar, conviene recordar un par de cosas a la hora de cocinar con marihuana; si es la primera vez que consumes marihuana a través de la comida, recomendamos que te tomes el tiempo a la hora de comer, ya que si comes una cantidad grande en poco tiempo puede que te sienta bastante mal.

Hay que tener en cuenta que cuando se ingiere mediante la digestión, la marihuana tardará mucho más en tomar efecto que un porro, y además este efecto se verá resaltado ya que absorbemos muchísimos cannabinoides más de esta manera. También conviene avisar a quien vaya a consumir los brownies que llevan marihuana, así evitas sustos y confusiones. Dicho esto, ¡vamos con la receta!

cómo hacer brownies de marihuana


Ingredientes (para 6-8 personas):

  • 200g de chocolate para derretir, especial para postres si fuese posible.
  • 100g de mantequilla cannábica previamente preparada.
  • También se pueden usar 4g de cogollos triturados (en este caso, usar 100g de mantequilla normal).
  • 100g de azúcar.
  • 80g de harina para repostería.
  • 4 huevos grandes.
  • Una cucharada de vainilla.
  • Bandeja y papel de horno.

Preparación:


Lo primero que tendrás que hacer, si no lo has hecho ya, es preparar tu mantequilla cannábica 24h antes de realizar esta receta. También se puede hacer utilizando cogollos, utilizando 0.5g por persona y añadiéndolos a la mezcla de brownie una vez esté hecha y lista para cocinar. Personalmente, prefiero utilizar mantequilla cannábica ya que te aseguras de que se repartirá uniformemente por el brownie.

Cuando tengas tu mantequilla, podrás empezar a cocinar. Prepara tu bandeja, asegurándote de que es suficientemente grande, y cúbrela con papel de horno. Recomendamos untar el papel con una capa fina de mantequilla normal para que no se quede nada pegado y espolvorearle un poco de harina.

Con la mantequilla y el chocolate troceado en un bol, empieza a derretirlos a temperatura baja con el método baño maría. Se puede meter al microondas también, pero si estás utilizando mantequilla cannábica se podría estropear y es muy fácil que salga quemado.

Mientras se está derritiendo tu mezcla de chocolate de mantequilla, bate los huevos hasta que se deshagan del todo, y luego añádele el azúcar y la cucharada de vainilla. Cuando tengas las dos mezclas bien homogéneas y sin grumos, combina las dos en un bol.

Si estás utilizando cogollos, ahora es el momento de añadirlos a la mezcla. Tendrás que tenerlos triturados muy finamente, lo más cerca al polvo que puedas. Mézclalo muy suavemente hasta que salga una crema homogénea. Si has utilizado mantequilla cannábica, obviamente te puedes saltar este paso.

Por último, falta añadirle la harina. Tendrás que tamizarla utilizando un colador para quitarle los grumos y darle un poco más de aire, e introducirla a la mezcla de chocolate.

Ha llegado la hora de verter la mezcla en la bandeja con cuidado, aprovechando hasta la última gota de mezcla. Con el horno precalentado a 160°, introduce la bandeja al horno a una altura media durante unos 45 minutos. Recomendamos ir comprobando la mezcla con el tenedor o un palillo – si lo metes y sale limpio, está listo para consumirse ya.

¡Dejar enfriar y disfrutar!

jueves, 18 de abril de 2019

Cómo cultivar marihuana


Si siempre has sido consumidor habitual de marihuana pero estás harto de tener que gastar dinero y contribuir al mercado negro del cannabis, puede que quieras aprender a cultivar marihuana por tu cuenta. Si eso es lo que buscas, sigue leyendo para aprender algunos de los conceptos básicos sobre cómo cultivar marihuana.

¿Qué necesito para plantar marihuana?


Primero, tendrás que pensar en el espacio que tienes disponible. ¿Vas a cultivar en exterior o en interior? La respuesta a esta pregunta suele depender de la situación personal de cada uno, ya que no todos tenemos acceso a un sitio en exterior donde se pueda plantar marihuana sin ser demasiado escandaloso.

Si no tienes acceso a un huerto o un jardín exterior donde podrás plantar con tranquilidad, la única otra opción que te queda es plantar en interior, donde podrás controlar todos los parámetros a la perfección y además podrás realizar varios cultivos al año. Aunque tenga un coste más elevado, cultivar en interior te da más control sobre tus plantas; en exterior están a la merced de la naturaleza, y puede ser más complicado sacar plantas de calidad excepcional.

Plantando en interior o en exterior, tus plantas necesitarán macetas, un sustrato nutricional, fertilizantes y agua sí o sí – el resto de parámetros varía bastante, siendo en interior donde se complica un poco la cosa.

En interior:


Cuando se cultiva en interior, necesitas simular el ambiente del cultivo exterior, haciéndoles creer a tus plantas que están fuera creciendo bajo la luz del sol. Esto implica que tienes que controlar muchísimos parámetros, como la luz del día y la noche, la humedad, las temperaturas, aire fresco etc. La potencia de la luz, el rango de humedad, la temperatura y el aire a aportar son cosas que se rigen por el tamaño de tu cultivo. Estos son los elementos básicos que necesitarás:

Espacio. Puedes cultivar en una habitación normal de tu casa debidamente preparada si quieres, aunque los armarios de cultivo cuentan con ventajas específicas a la hora de montar tu cultivo interior, como paredes reflectantes y una estructura de la cual puedes colgar tus accesorios de cultivo.


Luz. Esto es quizás uno de los elementos más importantes. Hay varios formatos de luz y varios tipos de bombillas que emiten luces distintas con formatos específicos para la fase de crecimiento y para la fase de floración. La potencia de la luz que utilices dependerá de varios factores, como la cantidad de plantas a cultivar y el dinero que estés dispuesto a gastar; hay tipos de bombilla con la potencia relativamente baja que son capaces de producir cosechas enormes.

Aire. También es otro elemento increíblemente importante a tener en cuenta – necesitarás renovar el aire en tu cultivo si quieres mantener sanas y felices a tus plantas. Esto se hace mediante un sistema de extracción, que saca el aire viejo e introduce aire fresco y nuevo. Al igual que con la luz, la potencia que necesites de extracción dependerá mucho del tamaño de tu cultivo o si estás trabajando en un armario o una habitación. También puede que necesites un ventilador para ayudar a mover el aire y evitar aire estancado.

Humedad y temperatura. Estos dos parámetros suelen estar muy unidos, así que los trataremos como uno. En cuanto a la humedad, las plantas obviamente necesitan cierto nivel de humedad para sobrevivir, pero si nos pasamos de ese nivel podemos ocasionar  la aparición de hongos en nuestras plantas. La temperatura influye también, ya que si hace mucho calor subirá la humedad y si hace mucho frío las plantas no crecerán.  Lo que normalmente suele pasar es que acabes necesitando bajar la humedad y la temperatura, lo cual se puede hacer ajustando el flujo de aire fresco, o mediante un deshumidificador si fuese necesario. La temperatura se suele ajustar a medida que cambie la humedad, aunque también puedes emplear métodos como los cooltubes o utilizar un aire acondicionado pequeño.

En exterior:


En exterior lo único que te hace falta es un clima medianamente decente, un buen sustrato debidamente preparado en el suelo o una maceta si lo prefieres, mucho sol, fertilizantes y agua. ¿Suena fácil, verdad?

Es verdad que cultivar en exterior lleva menos gastos que en interior, aunque también es bastante más arriesgado. Aparte del riesgo obvio de que alguien podría ver tus plantas y llamar a la policía o incluso robártelas, también existe el riesgo climático y ambiental. Esto significa que en exterior tus plantas están expuestas a la naturaleza y no podrás controlar los parámetros como en interior. Tendrás que utilizar insecticidas para evitar que las plagas se hagan con tus plantas, y tendrás que estar atento al tiempo e intentar que se mojen lo más mínimo posible.

Cultivar en exterior lleva mucho riesgo, y perder el trabajo de toda una temporada por culpa de una plaga o de unas lluvias no es muy agradable, pero es verdad que obtendrás unos resultados más fieles a la naturaleza real de tus plantas en exterior, en especial si utilizas nutrientes orgánicos.

Estos son solo unos parámetros básicos para que puedas hacerte una idea de lo que es cultivar marihuana en interior y en exterior y las diferencias entre ambas. Hay muchas cosas que suelen influir en la calidad de la cosecha, como los fertilizantes utilizados y la experiencia del cultivador. Si eres principiante puedes seguir estos consejos básicos y ampliar tu conocimiento con la experiencia.

jueves, 11 de abril de 2019

Cómo ocultamos nuestro cultivo de exterior


Da el pistoletazo de salida a una nueva temporada de exterior y todos estamos ilusionados en comenzar a ver cómo crecen nuestras plantas. Pero, hemos de estar siempre alertas por si alguna vecina indiscreta o un amigo de lo ajeno ven nuestros cultivos y deciden denunciarnos o robarnos. Por ello, en esta ocasión, desde Growbarato.net nos centraremos en cómo ocultar nuestras plantas de marihuana.

Hemos de encontrar una forma para que nuestras cepas queden totalmente disimuladas y camufladas para evitar que las vean.

Mallas de ocultación

Uno de los métodos más sencillos y rápidos para evitar ser vistos es adquirir una malla de ocultación. Son muy utilizadas en chalets, balcones o en el campo por su discreción y por la privacidad que otorgan a quienes las utilizan.

En su origen, han sido muy empleadas en jardinería así como para separar las diferentes parcelas de cultivo. Pero, poco a poco se ha convertido en un básico para cualquier cultivador de exterior. Nos dotará de la privacidad, además de permitir el paso de luz a través de ella para nuestras plantas.

Por otra parte, existen también las mallas para sombrear. La gran diferencia entre estas y el modelo anterior, es que son de color blanco y nos permiten ver las plantas a través de ellas.  Son muy utilizadas en los patios de interior de los edificios. 

De este modo, permite el paso de los rayos de luz y, al mismo tiempo, nos crea un espacio donde cultivar cualquier genéticaNuestros vecinos, solo verán algo verde que puede ser cualquier planta pero la malla les impedirá ver nuestras cepas con claridad y no sufriremos problemas vecinales en nuestro bloque de viviendas.

Scrog

Pero si no eres de los privilegiados que viven en un ático con terraza y solo tienes un balcón no desistas. Si dispones de un balcón con muro y con buena iluminación desde Growbarato.net te recomendamos que hagas un scrog. De esta forma, no se verá desde el otro lado del balcón ni una hoja de tus cepas.

Para este tipo de ocultación necesitas utilizar una malla scrog y un poco de paciencia para ir enrollando cada una de las ramas. Así, lograremos que nuestra planta crezca en horizontal y nunca superará altura deseada.

Asimismo, en estos cultivos es necesario que hagamos una poda apical, así lograremos que la planta se paralice su crecimiento vertical y se desarrollen los brazos.

LST

El cultivo en LST (Low Stress Training) es la opción perfecta para aquellos que no disponen de balcón con muro o una terraza. Este sistema ofrece la posibilidad que nuestra planta crezca en horizontal doblando y atando sus brazos. Así, lograremos un crecimiento vegetativo casi a medida. Esta técnica, además, favorece la entrada de luz y ofrece una producción hasta en la zona más baja de la planta.

Gracias al LST podremos adaptar nuestras plantas de marihuana a cualquier zona de cultivo, con un mínimo espacio. Además de incrementar el número de macetas aunque contemos de poco espacio.

martes, 2 de abril de 2019

Los diferentes tipos de la marihuana




Cuando elegimos algún tipo de semillas nos encontramos con un gran número de variedades diferentes de marihuana con sabores y efectos distintos, excitante, cerebral o antiestres. Pero podemos resumir sus genéticas en cinco grandes categorías. 

Sativa
Es la genética más conocida de la marihuana. La de las fotos con las hojas de puntas largas y finas y con las famosas porras de cogollos que las hacen resistentes a las plagas de hongos y pudriciones.

Unas plantas originarias de zonas tropicales como Jamaica, Brasil, Colombia o el centro de África y que son de las más activas. Con altas concentraciones de delta-9-tetraidrocannabinol (TCH), son famosas por sus efectos cerebrales, energéticos y estimulantes. Además, incrementan el apetito y la actividad física y social.

Índica
Entre los diferentes tipos de marihuana existentes, las índicas son las genéticas más comercializadas. Estas plantas se han adaptado y son, actualmente, las estrellas entre los cultivadores de indoor y exterior. Originaría de las zonas más calurosas de la India se extendió por toda la cordillera llegando hasta Pakistán y Afganistán. Es en esta zona donde surgieron las cepas de tipo Kush y las 100% índicas.

Estas cepas índicas se caracterizan por sus cortos ciclos de floración pero con abundantes producciones. Además, con gruesas y compactas flores con efectos relajantes corporales y mentales. Este efecto narcótico con altas concentraciones de cannabidiol (CBD) y bajo THC las hacen muy empleadas para paliar dolores en pacientes a quienes los medicamentos no hacen ningún efecto y gracias a esta marihuana sienten alivio.

Rudelaris
Originaría del noreste de Europa, procede de las montañas heladas de Rusia y Siberia. Considerada durante mucho tiempo como un cannabis salvaje está haciéndose un hueco en la actualidad gracias a la hibridación de autoflorecientes. Debido a que se trata de un tipo de plantas que florecen según su edad, sin tener en cuenta el foto-periodo.

La marihuana rudelaris suelen ser genéticas de pequeño tamaño con bajo contenido de THC y alto de CBD por lo que también es empleada a nivel terapéutico. Además, requieren de muy pocos cuidados, a parte del agua y la luz. Esto las convierten en plantas que tienden a ser pequeñas y con tallos gruesos.

Autoflorecientes
Este tipo de plantas son muy demandadas por cultivadores noveles o por aquellos que quieren cosechas rápidas. Las autos se tratan de plantas de temporada cruzadas con rudelaris. Un tipo de cepas que inician su autofloración en un momento de su vida cuando ha alcanzado una altura determinada.

Este tipo de cepas completan su ciclo a los 60 días, desde que germinamos hasta que cortamos. Perfectas para cultivo de exterior en lugares con pocos meses de verano. En interior cada vez es más común con sesiones de luz de hasta 20 horas.  


Azuladas
Este tipo de marihuana tiene su característico tono morado. Un color que suelen adquirir las cepas que pasen unos días de frío al final de la floración.
Una de las plantas más conocidas entre los amantes del autocutivo está la Blueberry. Una variedad que, tras años en el mercado, continúa estando en el ránking gracias a sus colores azulados con sabor afrutado.