Si eres fumador de porros habitual,
seguramente te habrás dado cuenta de las enormes diferencias que hay entre
fumadores, ya que la mayoría coge una serie de costumbres, que cambian totalmente
la experiencia del fumador. Uno de los factores que más varían entre fumadores
son las boquillas, pues las que a unos encantan otros las detestan y viceversa.
La boquilla utilizada determinará algunos factores importantes a la hora de
fumar, como el grosor del porro, el flujo de humo, o el paso de cualquier
sustancia por el interior de la boquilla.
La boquilla de un cigarro
Es la que la mayoría
de fumadores utiliza cuando comienza a fumar, aunque unos acaban pasándose a
otras boquillas, mientras que otros afirman que son las mejores y se mantienen
fieles a ella durante toda su vida de fumadores. Esta boquilla cuenta con una
gran versatilidad, puesto que podemos quitarle la esponjilla, e introducir lo
que deseemos en su interior, ya contando con un pequeño filtro de tabaco
incorporado.
Boquillas de cartón directo
Son las más
utilizadas por consumidores de todo el mundo, puesto que consisten en un simple
cartón en forma de tubo, que le da la consistencia perfecta para poder apoyarlo
en los labios. Este tipo de boquillas puede variar entre un fumador y otro,
pues unos las prefieren más largas, mientras que a otros les gustan más anchas
y cortas. Algo muy corriente es la introducción de un trozo de cartón en su interior
con forma de W con función de filtro, para así poder darle la calada más
tranquilamente, sin que traspase nada por su interior.
Boquillas de punta de tabaco
Son muy
utilizadas especialmente por los consumidores de hachís, pues aporta un fumar
muy agradable, en caso de que no comience a deshacerse. Estas hay que tratarlas
con especial delicadeza, pues como empiecen a soltar tabaco, acabarás con la
boca llena, lo que te impedirá disfrutar de tu porro tranquilamente.
Boquillas de plástico
Constan de un
pequeño cilindro con unos agujeros en la parte superior, permitiendo el paso
del humo y haciendo de filtro a la misma vez. Están fabricadas específicamente para
esa función, por lo que son muy económicas y la sensación aportada al fumar es
muy agradable. Son de usar y tirar pero lo podremos reutilizar alguna vez,
aunque acabará mostrando algo de sabor, que puede alterar tu experiencia al fumar.
Boquillas cerámicas
Son muy similares a
las de plástico pero están fabricadas en este material, que cuenta con una
resistencia mayor al calor del humo. Te permiten disfrutar de tu porro hasta casi
al llegar a la boquilla, pues no se calentará excesivamente como el de
plástico. Su forma algo menos alargada y más gorda que las de plástico, hace que
su limpieza también sea más sencilla, por lo que podrás utilizarlo más veces
que las anteriores.
Boquillas enfriadoras
Cuentan con un
circuito interno, que el humo realiza antes de llegar a los labios, lo que hace
que descienda su temperatura y llegue más frío hasta su consumidor. Suelen estar
fabricadas en aluminio, por lo que su peso será mínimo, permitiéndote
mantenerla entre los labios como si de un porro normal se tratase. Para
mantenerlo como nuevo únicamente tendrás que desenroscar la parte superior y
accederás al circuito enfriador, el que podrás limpiar utilizando únicamente un
cepillo y un poco de alcohol.
Algunos fumadores apuestan por poner un poco
de tabaco justo encima de la boquilla, simulando la de un cigarro, de manera
que puedan tirar su porro cuando lleguen a la boquilla, lo que evitará que se
quemen o se dejen algo de material sin fumar. Esta técnica puede ser utilizada
con cualquier boquilla a excepción de las boquillas de cigarros, pues estas ya
incluirán el tabaco.
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