Las raíces de tus
plantas de marihuana son de las partes más fundamentales, aunque no estén a la
vista. Es por ahí donde absorben todos
los nutrientes y todo el agua que les suministramos, y también es ahí donde
esos nutrientes se pueden acumular sin que tú lo sepas. Por eso mismo, vamos a
explicar cómo realizar un lavado de
raíces y por qué deberías de hacerlo.
¿Por qué se lavan las raíces de las plantas de marihuana?
Cuando les
suministras a tus plantas su mezcla diaria de fertilizantes y aditivos, estos
componentes son absorbidos por las
raíces y se expanden por toda la planta. De vez en cuando, puede ocurrir
que se te han acumulado los minerales en el sustrato, y la planta no es capaz
de absorberlos ni de absorber cualquier nutriente nuevo que le suministres –
esto puede causar muchísimos problemas, por lo cual muchos cultivadores se ven obligados a realizar un lavado a mitad
cultivo.
La otra razón por
la cual se lavan las raíces es a la hora
de cosechar, ya que no nos interesa cosechar, secar, curar y fumar
marihuana que está lleno de productos minerales u orgánicos. De normal, para
hacer este tipo de lavado se riega con agua solo durante las últimas dos
semanas de la cosecha para asegurarse de
que no queda ni rastro de producto en la planta. También, para estar
seguros, puedes realizar un lavado con un producto diseñado para ello durante
los últimos días, esperar a que se seque el sustrato y empiecen a amarillear
las hojas y cosechar.
Cómo realizar un lavado de raíces en plantas de marihuana
La manera más
fácil de realizar un lavado de raíces es regando tus plantas con muchísima agua
hasta que el agua salga limpio por el otro lado. Este método es exclusivo para plantas que no están por cosechar. Es
decir, nunca utilices este método para lavar las raíces antes de la cosecha, ya
que tanta agua puede llegar a causar
hongos en plantas ya florecidas.
Si buscas hacer
un lavado de raíces para tratar una
sobrefertilización, la mejor manera de hacerlo es meter tu planta en la
bañera o sacarla al jardín y regarla con solo agua durante mucho rato. Tendrás
que ir fijándote en cómo sale el agua;
hasta que no salga limpia del todo, no habrás hecho un lavado completo. Una vez
acabado, deja secar y cuando esté totalmente seco el sustrato podrás empezar a
regar otra vez, utilizando cantidades
mínimas de fertilizantes.
Ahora bien, si quieres
realizar un lavado antes de cosechar simplemente tienes que regar con agua durante las dos últimas
semanas, sin utilizar ningún tipo de fertilizante. Si tus plantas están ya
floreciendo, nunca deberías de realizar un lavado tan seguido y con tanta agua
como el mencionado anteriormente, ya que puedes acabar pudriendo los cogollos y
tirando la cosecha a la basura.
Ambos métodos
también se pueden suprimir por un producto hecho específicamente para lavar
raíces y eliminar acumulaciones de sales, como Flawless Finish de Advanced Nutrients.