Una de las cosas
más importantes que necesitas saber si quieres producir unos cogollos decentes
es cómo germinar las semillas de marihuana. Una semilla, aunque no lo parezca,
es un ser vivo que está a la espera de abrirse
y poder crecer. Si no se germinan bien las semillas, las plantas saldrán
mal o incluso puede que directamente se mueran antes de poder salir.
Es muy típico oír
que unas semillas no han germinado porque eran de mala calidad, pero de normal
tiene muchísimo que ver con el método
empleado, cómo se habían conservado las semillas, y el cuidado que se tiene
durante este proceso.
¿Qué necesitan las semillas para germinar?
Las semillas de
marihuana, como cualquier otra semilla, necesitan unas condiciones específicas
para poder germinar con éxito. Hay varios parámetros que afectan al éxito de
germinación.
Humedad: las semillas necesitan cierto nivel de humedad para poder empezar a
germinar, aunque no debes pasarte (si fuese 100% necesario, podrías dejar a remojo
semillas muy duras durante 24h, pero no más).
Calor: mantén un nivel equilibrado de calor para asegurar que germinen lo antes
posible; las semillas de marihuana pueden germinar con temperaturas más bajas,
pero tardan bastante más.
Oscuridad: las raíces de cualquier planta son muy sensibles
a la luz, y más cuando acaban de germinar, así que necesitarán estar a la
oscuridad si no quieres que acaben dañadas.
La humedad y el calor simulan la primavera
para tus semillas, dándoles la señal de que ya es hora de empezar a sacar su
raíz primaria.
Cómo germinar las semillas de marihuana – Distintos métodos
Dado que los parámetros necesarios para germinar con
éxito una semilla de marihuana son pocos, hay muchísimos métodos utilizados.
Hablaremos de un par de los métodos más usados, pero siempre depende de cada
cultivador; cada persona tendrá sus
preferencias y le funcionarán mejor o peor estos métodos. Puede verse
influido también por el clima, ya que algunos sitios cuentan con bastante más
humedad que otros.
Jiffy/Lana de roca
Los jiffy y los cubos de lana de roca son
dos métodos utilizados por cultivadores en todo el mundo. Consiste en hidratar
previamente a tus jiffy o tus cubos de lana de roca, para luego hacer un
agujero pequeño, solo un centímetro de profundo, e introducir la semilla con la
coronita hacia arriba. Ahora, tapa el agujero y deja tus semillas en un lugar
donde puedan recibir algo de calor y aire fresco, aunque es importante que no
corra el aire. Se pueden utilizar invernaderos o propagadores pequeños.
La diferencia
entre estos dos medios es que la lana de
roca absorbe agua y se deshidrata de manera bastante más rápida que los jiffy, cosa que tendrás que tener en cuenta; los
propagadores son buenos métodos para controlar la humedad en este caso.
Los cubos de lana
de roca también son más indicadas si tienes planeado cultivar en hidropónico, ya que no soltarán restos
que podrían atascar tu sistema, y si germinas en jiffy podrás colocar los tacos
directamente en sus macetas
correspondientes cuando hayan germinado.
Papel de cocina
Esto es uno de
los métodos más utilizados en todo el mundo para germinar las semillas de
marihuana con éxito. Necesitarás papel
de cocina absorbente, un Tupper de cocina y agua.
Consiste en poner
tus semillas a germinar entre capas de papel de cocina húmeda, dentro de un
Tupper. Así, cuando se cierra, la humedad se mantiene y tus semillas estarán a
la oscuridad.
Es bastante fácil
de montar; simplemente coge tu Tupper y ponle
unas cuantas capas de papel de cocina o servilletas en la base. Deberás de
humedecerlas suficiente para que estén mojados, pero sin que suelten agua ellas
solas.
Pon tus semillas encima del papel sin juntarlos
mucho, porque las raíces pueden llegar a enredarse. Lo siguiente que tendrás
que hacer es cubrir tus semillas con otra capa de papel, como la primera que
pusiste, húmeda sin pasarse.
Lo único que te
queda es ponerle la tapa y asegurarte de que no le da la luz – puedes cubrir el
tupper con papel de aluminio o dejarlo en un sitio oscuro. Asegúrate de no
dejarlo en un sitio donde haga frío, y si germinas en invierno siempre puedes
utilizar una manta pequeña de calor de potencia baja.