Una de las cosas
más importantes para cultivar marihuana con éxito de principio a fin es
la cantidad y calidad del agua que
reciben. Muchos cultivadores cometen errores comunes a la hora de regar sus
plantas, y por eso vamos a hablar de trucos sobre cómo regar plantas de
marihuana; lo que necesitas saber para realizar un cultivo con éxito.
Hay varios mitos que tienen que ver con hábitos
muy malos a la hora de regar tus plantas de marihuana. Por ejemplo, muchos
cultivadores piensan que si se seca la capa superior de tierra, hay que volver
a regar; esto es falso. La parte que
más rápidamente se seca siempre va a ser la parte de arriba, y si vuelves a
regar demasiado rápido puede que acabes encharcando la parte inferior de la
maceta, ahogando las raíces de las plantas enseguida.
Por lógica, tus
plantas necesitarán cantidades distintas
de agua dependiendo del tamaño de la planta; cuanto más grande la planta,
más agua necesitará beber, y viceversa. La mejor manera de adivinar si tu
planta necesita agua o no es coger la maceta y ver si todavía pesa; si todavía
tiene el peso del agua, se notará, y sabrás que no es necesario regarla más por ahora.
Cómo regar las plantas de marihuana
Dependiendo del
tamaño y de la edad de tus plantas, tendrás que regarlas más o menos.
Obviamente, una plántula no va a necesitar la misma cantidad de agua que una
planta que está ya floreciendo. Yo prefiero entrenar las raíces de mis plantas, regando poco a poco para que
crezcan más, en busca de más agua. Este método es para aquellos que tengan
cultivos interiores y tengan también tiempo para regar todos los días – puede
ser algo intensivo con muchas plantas, pero vale la pena.
Plántula y crecimiento
Después de
germinar tus semillas tendrás que empezar el proceso, plantando tu semilla con
su raíz ya fuera en una maceta pequeña
(7x7, preferiblemente) ya regada.
No vuelvas a
regar hasta que la planta haya salido ya del sustrato, y recuerda comprobar si
la maceta pesa mucho antes de regar. Hay que tener en cuenta que algunos
sustratos mantienen más humedad que otras, así que tendrás que ajustar la cantidad de agua según el
sustrato que utilices.
Cuando la
plántula ya haya estirado lo suficiente, tendrás que trasplantarlo a una maceta pequeña de 3L. Después de
trasplantar, tendrás que regar según el sustrato; sobre medio litro de agua
suele ser suficiente para la mayoría de sustratos, aunque recomendamos que
compruebes cuánta humedad retiene tu sustrato.
A partir de ahora
es cuando vas a empezar a entrenar las raíces
de tus plantas. Lo ideal es empezar con solo un vaso de agua por maceta al
día, mientras vas comprobando el peso. Si ves que después de unos días está acumulando demasiado peso, recomiendo
dejar de regar hasta que la maceta vuelva a pesar lo normal. Cuando ya tenga un
peso más normal, sigue regando con un vaso de agua al día.
Cuando empiecen a
secarse totalmente de un día para otro, aumenta
el riego a dos vasos de agua por planta, utilizando el mismo método de
comprobar las macetas todos los días, y aumenta a un tercer vaso si lo vieses
necesario. Cuando ves que tu planta ha dejado de crecer hacia arriba, será hora
de realizar el trasplante más importante.
Floración
En interior,
cuando trasplantamos de la maceta pequeña a una más grande solemos pasar las
plantas a florecer. Ahora deberás
regarlas según su tamaño, ya que hay variedades que pueden presentar distintos
fenotipos que pueden crecer más o menos.
Como cantidad media, recomiendo empezar con un litro por planta e ir aumentando
– recuerda sopesar las macetas un poco todos los días para poder darle atención individual a cada
planta, ya que no todos necesitarán beber lo mismo al mismo tiempo.
La importancia del pH
El nivel de pH
del agua que utilices influye muchísimo en el desarrollo de tus plantas; las
plantas de marihuana necesitan un nivel de pH
entre un rango de 6.0-7.0 según la etapa del cultivo generalmente (puede
variar según la fase en la que se encuentra tu planta y en tus métodos de
cultivo).
Si el pH no es correcto, es decir, demasiado
bajo o demasiado alto, tus plantas no
podrán absorber los nutrientes
que les proporcionas a través de fertilizantes y aditivos, lo cual puede causar
una acumulación de nutrientes y minerales, lo cual puede ser bastante nocivo
para las plantas de marihuana.
Qué hacer si riegas demasiado
Es importante no
encharcar las raíces de tus plantas, ya que puede causar un listado muy largo
de carencias. Las épocas durante las cuales debes tener el máximo cuidado, son al principio y al final
del cultivo.
Para revitalizar y recuperar a tu planta de
un encharcamiento, que quema los pelos de las raíces y frena la absorción de
nutrientes, deberás dejar que se seque el sustrato completamente, y cuando
vuelvas a regar utilizar cantidades muy pequeñas de agua con algún aditivo orgánico para curar las
raíces.
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