Uno de los pasos
más importantes cuando se cultiva marihuana es el proceso del trasplante, ya
que involucra una de las partes más imprescindibles de la planta; las raíces.
Los errores más comunes se suelen realizar durante el proceso del trasplante, y
por eso vamos a hablar de cómo trasplantar plantas de marihuana y por qué es
importante.
Las raíces de tus
plantas, aunque no se vean, son más que fundamentales. Es por ahí donde
absorberán el agua y todos los nutrientes que suministres, por lo tanto hay que
asegurarse de que estén totalmente saludables. Cuando pongas tus semillas
germinadas en su primera maceta, las raíces por naturaleza empezarán a
expandirse hacia los bordes y el fondo de la maceta.
¿Esto qué
significa? Pues que si tú le das una maceta demasiado grande a tu planta de
marihuana, acabará con un vacío enorme en sus raíces, habiendo llenado los
laterales y el fondo pero no el medio de la maceta. Además, en estos casos es
más difícil regar tus plantas correctamente, ya que el sustrato permanece
húmedo mucho más tiempo sin que las raíces puedan aprovecharlo.
Por qué trasplantar marihuana
El crecimiento de
las raíces de tus plantas reflejan el crecimiento de la planta en sí; cuantas
más raíces, más grande te crecerá la planta. Además, imitará la forma que tomen
las raíces también. Ahora, si las raíces llegan a llenar su maceta, tus plantas
tampoco podrán crecer más, y será necesario realizarles un trasplante.
A lo largo de la
vida de la planta, puedes realizar varios trasplantes hasta que empiece a
florecer para crear un sistema enorme y complejo de raíces. Cada vez que trasplantes
observarás una explosión de crecimiento en tus plantas unos pocos días después.
Ten en cuenta que es un proceso que suele estresar a las plantas, y tardan un
poco en recuperarse del todo.
Trasplantar marihuana: ¿qué macetas uso?
Dependiendo de si
cultivas en exterior o en interior, podrás realizar más o menos trasplantes. En
interior no interesa darle mucho crecimiento a la marihuana, ya que si llegan a
los focos acabarán quemándose. Para saber si la planta está lista para
trasplantar simplemente te tendrás que fijar en el crecimiento; cuando parece
que la planta ya no crece más, que se ha quedado estancado, será hora de trasplantar
para darles más espacio a las raíces.
Para empezar al
proceso, recomendamos germinar y pasar las semillas germinadas a macetas
pequeñas de 3.5L. La siguiente maceta a la que trasplantes deberá ser de 9-11L,
y en interior recomendamos dejarla en esta maceta para el resto del proceso
para evitar que crezcan demasiado.
Si estás
cultivando en exterior puedes seguir trasplantando, utilizando una maceta de
18L después de la de 9L. Esta será la penúltima maceta que utilices en
exterior, ya que a estas alturas habrán pasado alrededor de 4 meses desde que
germinaste. Como maceta final puedes usar una de 50L para abarcar el
estiramiento que suele ocurrir al principio de la floración. También puedes
trasplantar directamente al suelo si lo preparas bien.
Nunca debes
trasplantar durante el periodo de floración, ya que las plantas acabarán
espigándose, además de que es muchísimo estrés para un periodo tan delicado.
Las plantas autoflorecientes tampoco deben trasplantarse nunca, ya que empiezan
a florecer casi enseguida y es un estrés demasiado intenso para su ciclo de
vida tan corto.
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